10 noviembre 2012
Susana Martinez
¿Por qué come en el colegio mejor que en casa?
Comer es un momento educativo importante para los niños y que, en ocasiones, puede llegar a ser conflictivo, especialmente en casa. Si tu hijo se queda a comer en el colegio, y las educadoras te han comentado que lo hace sin problemas, quizás te preguntes porqué en casa le cuesta más.
No te preocupes, es bastante normal
- Los pequeños aprenden por observación y les gusta imitar las conductas que ven. El comer con otros niños les anima a hacerlo.
- La relación entre la figura adulta presente en el comedor escolar y el niño es más objetiva y menos emocional. La experiencia de las educadoras y su mayor neutralidad ante su actitud evitan posibles chantajes emocionales que pudieran darse en casa.
- En la escuela existen unas normas que todos por igual deben seguir y respetar. El momento de la comida se vive como una actividad más dentro del centro, tan importante como otras y también con sus normas.
- El comer siempre a la misma hora y en un mismo entorno crea una rutina a la que el niño se habitúa y le predispone para comer.
Cómo actuar en casa
Si los momentos de las comidas te preocupan, puedes poner en práctica alguno de estos consejos:
- Comer en familia conversando sobre temas amenos y en un ambiente relajado contribuirá a que tu hijo se muestre más receptivo.
- Procura que coma en lugares y horarios fijos. Evita las prisas y también las distracciones como la televisión o los juguetes.
- No le obligues a comer ni uses la comida como amenaza. Esto provocaría rechazo hacia ésta.
- Prepara recetas nutritivas, variadas y divertidas (puedes jugar con los colores). Evita que perciba mucha cantidad (raciones adecuadas en platos grandes). Ten en cuenta que cada niño tiene sus necesidades, no hay que confundir comer poco con comer mal.
- Puede colaborar contigo poniendo la mesa, acompañándote a comprar, eligiendo los platos de entre las opciones que le des, etc.
- Motívale a que coma por sí mismo. No estés demasiado pendiente de él, solo lo necesario para animarle y observar cómo progresa.
- 20 ó 30 minutos son suficientes para comer. Todo lo que exceda de este tiempo creará aburrimiento o incluso tensión.
- Mantén una actitud constante ante las pautas alimenticias y no permitas que coma solo lo que quiera. Ofrécele posibilidades.
- Ten paciencia. Resalta y premia las actitudes positivas y los logros e ignora las negativas que busquen llamar la atención. Evita los castigos.
- Ofrécele buenos ejemplos de actuación. A estas edades, los niños aprenden y atienden más a lo que ven que a lo que les decimos.
- Si tu hijo suele protestar a la hora de las comidas puede que quiera llamar tu atención o que esté pasando por una etapa difícil (ha tenido un hermanito, se está adaptando al colegio, etc…)
Cuando ocurre a la inversa
Con menos frecuencia puede darse el caso contrario, que coma bien en casa y sin embargo le cueste en el colegio. Las razones pueden ser las siguientes:
- Apego familiar, gusto por lo conocido. Al pequeño le cuesta abrirse a ambientes y personas distintas. En este caso sería positivo que, gradualmente, realizara actividades en otros entornos para disminuir esta dependencia.
- Puede que el niño esté acostumbrado a comer básicamente de lo que le gusta y rechace la variedad que hay en los menús escolares. Es importante que desde casa, el adulto y no el pequeño, decida su dieta, ofreciéndole posibilidades.
En estos casos sería recomendable que mantuvieras una entrevista con las personas encargadas del comedor. En ésta podrás ampliar información, intercambiar opiniones y concretar pautas de actuación y seguimiento. Es importante que exista una estrecha colaboración entre familia y escuela.
Ante todo, tranquilidad
Cuando los problemas a la hora de la comida se han extendido en el tiempo hay que darles la justa importancia y buscar una alternativa para abordar la situación. La conducta de comer se aprende y puede modificarse. Preocupándote en exceso, tu hijo percibirá tu estado de ánimo y esto no facilitará las cosas.
La resistencia del niño a comer forma parte de su deseo de independencia y su espíritu de rebeldía ante las cosas que se le imponen. Mostrando en casa unas pautas claras en lo referente a la comida, aplicándolas con firmeza, seguridad, paciencia y cariño se lograran notables avances.