Parece increíble pero vuestro pequeño ya tiene un año. ¡Qué rápido ha pasado el tiempo! Ha crecido y aprendido mucho en los últimos 12 meses. Aunque no organicéis una gran fiesta esta fecha es motivo de celebración.
Con bastante frecuencia, los padres oyen de sus hijos frases como: “¡mamaaa, papaaa, cómprame!, ¡quiero, quiero, quiero!… Algunos niños, a medida que crecen, se convierten en “pedigüeños”. Lo quieren todo y lo quieren ya. En muchos casos, si no lo obtienen, incluso patalean y chillan hasta conseguirlo.
Para que este tipo de conductas remita, no debéis ceder ante su insistencia y establecer unas reglas razonables.
Antes de hablar acerca de un término tan valioso y trascendental, es importante tener claro qué aspectos entran en juego en lo relativo a la confianza. Podríamos hablar de ella como una fuerza interior que nos impulsa, una actitud interior de seguridad y bienestar con uno mismo.
Para conocerse, aceptarse y por ello ganar en confianza es necesario aprender a pensar racionalmente. El ser humano tiene una tendencia biológica a “pensar irracionalmente”. No obstante si así lo desea tiene la posibilidad de ejercitar la “capacidad de elección” y cambiar las propias creencias trabajando para conseguir una mayor racionalidad.
¿Has tenido varias relaciones encadenadas? ¿Te sientes como un niño pequeño, vulnerable y desamparado cuando no cuentas con una pareja? ¿Algún amigo te ha contado lo insoportable que le resulta la soltería?
“Tras mi última relación me sentía sola, no deseaba estar y sentirme así. A los dos meses conocí a Alberto, pensé que sería la persona ideal para que la soledad y la tristeza desaparecieran y me devolviera la alegría, pero nuevamente fue un fracaso”, comenta Ana.
Para el niño de cuatro años trabajo y juego (movimiento) son prácticamente la misma cosa. Se puede decir que el juego – que puede estar lleno de seriedad y de significado – es el trabajo del niño de esta edad. Los cuatro años corresponden a la edad de explorar el mundo exterior (las personas y las cosas) y también el interior (sus propios pensamientos y emociones).
Ya a los cuatro años es consciente de su existencia como persona independiente de los demás; conoce y controla progresivamente su cuerpo. La tarea que tiene ahora por delante es enriquecer esta imagen de sí mismo.
Hablar de la muerte a los más pequeños es algo para lo que nunca se está preparado. Los padres deseamos proteger a nuestros hijos de experiencias dolorosas y para muchos niños, su primera experiencia real de una pérdida ocurre cuando se muere su mascota.
Los animales juegan un papel importante en el desarrollo emocional de los niños. Les ayudan a exteriorizar sus emociones, les proporcionan cariño y afecto llegando a existir entre ellos unos lazos afectivos muy especiales. Una mascota querida es más que su compañero de juegos, es su amigo incondicional, le proporciona compañía, afecto y seguridad.