Antes de hablar acerca de un término tan valioso y trascendental, es importante tener claro qué aspectos entran en juego en lo relativo a la confianza. Podríamos hablar de ella como una fuerza interior que nos impulsa, una actitud interior de seguridad y bienestar con uno mismo.
Para conocerse, aceptarse y por ello ganar en confianza es necesario aprender a pensar racionalmente. El ser humano tiene una tendencia biológica a “pensar irracionalmente”. No obstante si así lo desea tiene la posibilidad de ejercitar la “capacidad de elección” y cambiar las propias creencias trabajando para conseguir una mayor racionalidad.