Somos lo que pensamos. No nos afectan las situaciones que vivimos sino nuestra manera de ver y de pensar acerca de estas. Muchas veces el problema que hace sentirnos mal no es una situación o experiencia en sí misma, sino la falta de recursos para enfrentarnos a ella.
A través de diferentes técnicas es posible aprender a pensar de manera racional y adquirir gradualmente habilidades para ir superando las situaciones que nos afectan negativamente. A veces no es necesario que cambien las cosas, sino nuestra manera de interpretarlas y de vivirlas. El objetivo es que la persona aplique lo aprendido en las consultas a su vida diaria.